Con larvas de moscas curan heridas
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Los insectos no son sólo esos animales raros y feos que, comúnmente,se consideran como parásitos. Algunos de ellos, como las larvas de cierto tipo de moscas, pueden ser vitales en el tratamiento de heridas delicadas como las del pie diabético.
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Larvas de mosca Lucilia sericata.
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Los insectos no son bichos raros ni feos, eso lo tiene claro
Nancy Carrejo, docente del Departamento de Biología de la
Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad
del Valle, una investigadora que ha dedicado su vida al estudio de
estos seres vivos.
“Adoro los insectos, trato de transmitirles ese amor a mis
estudiantes. Los insectos son el grupo animal vivo que tiene
colonizado el planeta. Nosotros los despreciamos porque solo
tenemos información de las cucarachas, las moscas y los zancudos”,
menciona la profesora Carrejo, quien es bióloga de la Universidad
del Valle y magíster en entomología de la Universidad de Panamá.
Los insectos pueden resultar de mucho beneficio para los seres
humanos, como es el caso de Chrysomya albiceps y Lucilia
sericata, las larvas de dos especies de moscas que pueden ser
usadas con fines terapéuticos contribuyendo en la curación de
cierto tipo de heridas.
Este tipo de tratamiento se le conoce como larvaterapia, un
tratamiento tan antiguo que era usado por civilizaciones como
la Maya. Incluso, William Baer, un cirujano militar graduado
de la Escuela de Medicina John Hopkins de Maryland, observó
los efectos de las larvas en soldados heridos durante la Primera
Guerra Mundial.
Esta terapia aprovecha una característica biológica de la naturaleza:
larvas estériles, criadas en laboratorio, limpian o debridan las
heridas con tejidos en estado necrótico o muerto, provocando una
miasis controlada. Una miasis es la parasitación de tejidos y órganos
de vertebrados, incluyendo al hombre, por larvas de mosca.
La larvaterapia se puede aplicar en heridas infectadas como heridas
necróticas húmedas, úlcera varicosa, úlceras por presión, heridas quirúrgicas, úlceras de pie diabético y heridas por amputación.
En heridas necróticas secas, fístulas, heridas que conectan con la
cavidad abdominal o de otros órganos, heridas que sangran con
facilidad y heridas cerca de los principales vasos sanguíneos o
nervios no son recomendables para larvaterapia.
La aplicación de este tratamiento es sencilla: la herida se rodea con un
material hidrocoloide que impide que las larvas escapen, se depositan
la cantidad de larvas adecuada según el tamaño de la herida, se cubre
con una malla y con gasa para evitar que los líquidos se drenen. Luego
de 72 horas se retiran las larvas, las cuales se han alimentado del tejido
muerto y han generado un cambio del PH en la herida.
Las larvas que se emplean en este tratamiento son esterilizadas, por
tanto, el paciente no corre el riesgo de contraer alguna infección
por ellas. Además, las larvas sólo se alimentan del tejido muerto,
en ningún momento se comen el tejido vivo que rodea la herida.
Esta terapia no tiene contraindicaciones. Si el paciente está tomando algún medicamento o antibiótico este tratamiento no interfiere.
Uno de los principales retos de este proyecto de investigación es
vencer el miedo y el fastidio que algunas personas sienten ante
estos animales. “La gente teme que la larva siga consumiendo el
cuerpo pero no, la larva se come única y exclusivamente el tejido
muerto, eso se llama una miasis controlada: ataque de larvas de
Díptera en heridas en el cuerpo”, menciona esta investigadora. Las
larvas de las moscas como Chrysomya albiceps y Lucilia sericata sólo se alimentan de tejido muerto, evitando el tejido intacto y
estimulando además la cicatrización.
El Servicio Médico de la Universidad del Valle ha autorizado al
equipo de investigación de la profesora Carrejo para utilizar sus
instalaciones y, por medio de la Oficina de Extensión de la Facultad
de Ciencias Naturales y Exactas, hacer un llamado a las personas
con este tipo de heridas para aplicar esta terapia. "Se espera que esta
bioterapia comience a aplicarse en el primer trimestre del próximo
año”, dice la profesora Carrejo.
Por esto es que Nancy Carrejo ve diferentes a los insectos: “En este
caso tenemos un insecto, del orden de los dípteros que, frente al
problema del aumento de casos de diabetes y la resistencia que
algunos cuerpos desarrollan frente al uso de antibióticos, ofrece
a muchas personas la oportunidad de sanar una herida difícil de
tratar”. Todo por un insecto.