Los huesos,
testigos de otras épocas
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Los huesos permiten conocer el
género, edad y hasta enfermedades
de personas que murieron hace
cientos de años.
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La arqueología colombiana se ha caracterizado por la
preservación de utensilios, figuras y piezas de oro, piedra,
barro y arcilla. Los huesos, en cambio, no han contado con
la misma suerte. La Osteoteca Prehispánica de la Universidad del
Valle ha querido preservar este tipo de materiales que, detrás de su
aspecto deteriorado, esconden la historia cultural de una región.
El Museo Arqueológico Julio César Cubillos -MAJCC- de la
Universidad del Valle, cuenta con la única Osteoteca Prehispánica
del sur del continente. Un espacio organizado para la colección,
estudio y conservación de restos óseos y dentales de antiguas
comunidades indígenas del suroccidente colombiano.
Ciudades como La Plata y Buenos Aires en Argentina cuentan también
con colecciones óseas, sin embargo, son colecciones ubicadas junto
con las demás piezas arqueológicas. Esta Osteoteca Prehispánica es laúnica de Sudamérica específicamente de huesos y dientes.
A través de la colección ósea y dental es posible construir un
imaginario sobre nuestros antepasados. A partir de los huesos se
puede saber el género de la persona, la edad, la estatura, su origen,
sus condiciones alimenticias, si sufría alguna enfermedad… hasta
es posible detectar señales de sus actividades, por ejemplo, si
cargaba cosas pesadas con la cabeza o con la espalda. Las labores
recurrentes dejan regularmente marcas en los huesos. El interés
de la Osteoteca es poder reconstruir esos rostros y ese pasado que
nos dejaron como herencia las culturas precolombinas.
En algunos de los huesos encontrados, por ejemplo, es posible
observar marcas de enfermedades como la treponematosis, una
enfermedad ocasionada por la sífilis. Cuando la persona la padece,
produce un proceso gomatoso donde el hueso va perdiendo
colágeno, lo cual puede apreciarse en lo arqueado de las tibias y
su textura cavernosa.
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Carlos David Rodriguez, coordinador Osteoteca Prehispánica.
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Existen diferentes formas de hallar tumbas prehispánicas. Una de
ellas es a partir de un estudio minucioso de la zona; los cambios de
coloración del suelo, la disposición de la vegetación, son indicios o
señales tenues de posibles actividades humanas en el pasado. Otra
manera, al estilo de los guaqueros, es haciendo huecos en la tierra
para ver si esta revuelta. Los especialistas tienen una técnica más
avanzada, la geoeléctrica, que introduce iodos de cobre debajo del
suelo y así identifica si hay una tumba.
Los huesos y dientes humanos provenientes de excavaciones
arqueológicas también hacen parte del patrimonio cultural de la nación.
La colección que alberga la Osteoteca Prehispánica de la
Universidad del Valle cuenta, por el momento, con dientes de
204 personas y huesos de 193 individuos que pertenecieron a las
culturas Quimbaya Tardío, Sonso, Bolo-Quebradaseca, Piartal y
Tuza; sociedades que habitaron el suroccidente de Colombia y
cuyos huesos se remontan entre mil y quinientos años atrás.
Los fragmentos óseos y dentales han sido hallados en excavaciones
arqueológicas realizadas por el MAJCC durante los últimos
diecisiete años. El material óseo obtenido se encuentra fragmentado
debido al tiempo y la humedad. Los dientes, que hacen parte del
esqueleto pero que no son considerados como huesos, son los
que más se encuentran en las excavaciones. La estructura dental,
constituida en un 99% por minerales, se conserva mejor que los
conjuntos óseos que, con el pasar del tiempo y la acidez de los
suelos, se van desintegrando. Junto con los huesos se encuentran
generalmente vasijas y piezas de cerámica dependiendo de la época.
Debido a que son materiales
muy antiguos y delicados, los
huesos y dientes se mantendrán
en cajas y estarán disponibles
sólo para el estudio, por
parte de investigadores especializados
en el tratamiento
de los materiales. Es necesario
que los huesos tengan
un clima y humedad
estables para su
conservación, por
lo que exhibirlos al
público los iría deteriorando.